¡Hola, gente bonita!
Durante el mes de agosto, compartí en el blog una entrada sobre journaling, explicando qué es y cómo comenzar (gracias por hacerla un exitazo). Durante mucho tiempo fue algo que me ilusionaba hacer, pero no me atrevía por diversas razones. Uno de los beneficios que he obtenido desde que estoy haciendo esto, es sentir que hago algo con mi vida, que tengo cosas por las que estar agradecida y que no solo me dedico a despertar, trabajar, volver a casa y dormir. Deben saber que soy una persona que no acostumbra salir ni pasar mucho tiempo fuera de casa, por lo que una salida al cine o ir a comprar al centro de la ciudad se vuelve algo que debo registrar. ¡Hago fiesta!
Además, lo que me gusta del journaling es que puedes ir modificando tu diario, buscar ideas, crear nuevas; realmente no es algo que deba permanecer igual para toda la vida y definitivamente no lo tienes que hacer todos los días. Es muy bueno ser constante, sí, pero si estás tan cansado que no tienes ganas de registrar lo mejor de tu día o las cosas que tienes por hacer, pues la página te estará esperando allí para que la llenes.
Dicho esto, me gustaría pasar a algo más divertido. ¡Vamos a ver todo lo que podemos hacer en un journal!
Arte
Dicho esto, me gustaría pasar a algo más divertido. ¡Vamos a ver todo lo que podemos hacer en un journal!
Arte
No tengo un diario de arte así como tal, no uno exclusivo. Además, creo que en todos lados ando garabateando y haciendo doodles o bocetitos. Lo más concreto que he llegado a tener es el Destroza este diario, mismo que mantengo desde diciembre del 2014 y que todavía no acabo. Lo que más me gusta de este diario es que trae indicaciones, así que si andamos perdidos por el país de la falta de creatividad, las indicaciones nos vienen de maravilla. Y lo mejor de todo, es que puedes pasar por alto todas esas indicaciones y hacer lo que se te venga en gana.