Buenos días, mundito.
¡Feliz día de San Valentín!
Aprovechando que es una fecha de mucho revuelo, en la que el amor nos entra hasta por los poros, decidí traerles una reseñica de una serie que tiene al amor como su motor principal. Le damos el turno a una serie revelación del 2016 que anduvo por todos lados: Stranger Things. A mí me tomó un tiempecillo decidir verla porque lo único que sabía de ella es que traía una onda muy ochentera, que a algunos les recordaba a E. T., El extraterrestre y que contenía algunos tintes de las historias del señor Stephen King. También sabía que los protagonistas son niños y que una de ellos tiene poderes sobrenaturales.
Lo que me llevó a ver Stranger Things fue la curiosidad de saber por qué tanto hype. Y la curiosidad mató al gato. Pero los gatos tienen nueve vidas así que no hay problema.
La onda retro
Soy de los 90. Disfruté de los Walkman y Diskman, de los casetes, videos beta y vhs. Todo lo que sea de aquellos años me causa mucha nostalgia y de vez en cuando, deseo volver a esa vida en la que no había celulares y en las que las computadoras no estaban a mi alcance. La vida parecía ser más sencilla entonces (aunque parecía un martirio por los dramas que acongojaban a mi corazoncito en aquel tiempo). Mi teoría con Stranger Things es que los creadores tomaron un momento glorioso en el tiempo del espectáculo: música gloriosa, películas que mostraban fantasía y elementos ocultos, paranormales, sin explicación. Pero no solo situaron la historia en ese periodo de tiempo, sino que tomaron elementos de las películas que se hicieron en la década de los 80's. Creo que si hubiesen situado la historia en una época moderna no habría tenido tanto éxito. A mi parecer, atacaron justo en el corazón melancólico. Pero incluso si no sientes nada por aquellos tiempos porque eres del 2000, definitivamente hay muchas otras cosas que te pueden gustar en esta serie.
Básicamente tenemos: fiestas sin música electro, nada de celulares, misterios que no puedes resolver buscando en google, lo que nos lleva a buscar pistas e información de forma directa. También tenemos casetes, música chachi, muchas bicicletas para transportarte en el pueblo y juegos como Calabozos & Dragones. ¿No es encantador?
Básicamente tenemos: fiestas sin música electro, nada de celulares, misterios que no puedes resolver buscando en google, lo que nos lleva a buscar pistas e información de forma directa. También tenemos casetes, música chachi, muchas bicicletas para transportarte en el pueblo y juegos como Calabozos & Dragones. ¿No es encantador?
(fuente)