Título: Crónicas Marcianas
Título original: The Martian Chronicles
Autor: Ray Bradbury
Traducción: Francisco Abelenda
Editorial: Minotauro
Páginas: 244
Año: 1946 | por la presente edición: 1994
―Es bueno renovar nuestra ca-pacidad de asombro ―dijo el filó-sofo―. Los viajes interplanetariosnos han devuelto a la infancia.
Reseña:
Primero que nada me gustaría decir: ¡Dios bendiga las ferias de libros usados! Pues fue en una de estas dónde tuve la oportunidad de conseguir Crónicas Marcianas, Las doradas manzanas del sol y Las maquinarias de la alegría, claro, pero como “tener la oportunidad” no significa, precisamente, salir victorioso de ella; sepan que sólo me quedé con el primero, pues estoy tan mal que ni para un montoncito respetable de libros usados me da mi bolsillo. Pero eso ya es aparte, además se sintió bonito, aunque sea, coger a los otros pequeñajos en brazos y susurrarles “yo sabía que existían…”. Ya saben, la maldición del libro descontinuado; esa que nos aqueja a los más tercos lectores, ilusos y ávidos buscadores. Una promesa de reencuentro y listo, a lo que sigue.
Ejém.
Sería bueno que supieran esto: Yo la verdad no pretendía volver a reseñar algo de Bradbury. Creía que ya se había dicho lo suficiente como para picar el gusanito de la curiosidad en ustedes, y seguir yo con lo mío campante e hilarante. Mi yo egoísta no quería volver a teclear una sola palabra, quería seguir leyendo más y más sin compartir nada, con nadie. Pero lo cierto es que todavía queda algo que decir. Siempre hay algo que decir, cada vez más, de hecho.
Crónicas Marcianas ha superado mis expectativas (big expectation). De nuevo me encuentro con la poesía narrativa de Bradbury, esa que tanto encandila, que tanto conmueve… y a veces agobia. Me mosquea cuando parece no querer decir las cosas completas, esas breves y continuas ocasiones en las que te regresas una línea o dos para enterarte bien de lo que pasó. Fue algo grave, eso lo sabes, pero no estás muy seguro de si sabes bien por qué. Además, claro, de que habla como loco, como ese anciano de la tienda de artesanías en el centro que habla de una época lejana (que dice que fue en el pasado pero que no estás muy seguro) como si todos hubieran estado ahí, y supieran exactamente de lo que habla. ¡Ah claro, el juguete favorito de los marcianos, sí, lo conozco, yo lo usé también! Uno siente como si lo dejaran fuera. Y él se pavonea de lo que tiene, del lugar en el que estuvo, de los marcianos con los que tomó la cena y de los secretos de la vida, el universo y todo lo demás que a él le contaron, y nosotros jamás sabremos.
Bradbury es, en sí mismo, un genio. Pero eso ya lo había dicho, o al menos insinuado. Un genio, sí, un genio sensible, poético, radical, hogareño, romántico a su manera y fatalista, sobre todo esto último. Eso sí no lo había dicho antes. Me costó tres libros darme cuenta de ello, aunque es tan evidente. Eso es lo que el enamoramiento provoca en uno, convierten a la muerte en algo irreal, nos tapa los ojos, nos acaricia la frente y nos susurra buenas palabras. Y así pasa… muerte tras muerte… y nosotros ni nos percatamos de ello. Todo por culpa del enamoramiento.
Esto es lo que yo quiero decir (en esencia) sobre el libro, y más precisamente sobre Bradbury. Sin entrar mucho en tecnicismos. Sólo el sentimiento, que se mantiene en un flujo constante de melancolía, fatalidad, impotencia, nostalgia, cariño, humanidad y belleza (haciendo como si estos dos últimos en realidad fueran sentimientos).
Crónicas Marcianas es eso tal cual, literalmente. En una serie de relatos (cada cual más asombroso, cada cual más maravilloso, cada cual más fatalista) Bradbury nos va contando, sin inmediata relación alguna, la historia de un planeta, una raza… y una invasión, no a nosotros, no a la tierra, si no a Marte. Una terrible historia que no querremos seguir leyendo, porque hay demasiada tristeza, para nosotros, los lectores, los que nos enamoramos completamente del planeta rojo… y su cultura, y nos convertimos en Spender y queremos morir también. Un total de veintisiete relatos (más un prólogo de Jorge Luis Broges, grata sorpresa), sin aparente relación entre sí, que al final terminan siendo la historia entera, las crónicas, de aquel lugar y aquella raza, con la que todos, en algún momento, hemos soñado. Fantasía y hermosura que fluye a raudales entre línea y línea. Relatos de diferentes ciudades, diferentes escenarios y diferentes protagonistas que se cortan justo en el momento exacto, para decir sólo lo que es necesario decir… y no más. Dejaría de ser Bradbury entonces.
"The Martian Chronicles", ilustración de Whelan Michael |
― [...] En todas partes veo cosas usadas. Cosas que fueron utilizadas durante siglos. Si usted me pregunta si creo en el espíritu de las cosas usadas, le diré que sí. Todas las cosas que hoy nos rodean sirvieron algún día para algo. Nunca podremos utilizarlas sin sentirnos incómodos. Y esas montañas, por ejemplo, tienen nombres... Nunca nos serán familiares; las bautizaremos de nuevo, pero sus verdaderos nombres son los antiguos. La gente que vio cambiar estas montañas las conocía por sus antiguos nombres. Los nombres con que bautizaremos la montañas y los canales resbalarán sobre ellos como el agua sobre un pato. Por mucho que nos acerquemos a Marte, jamás lo alcanzaremos. Y nos pondremos furiosos, ¿y sabe usted qué haremos entonces? Lo destrozaremos, le arrancaremos la piel y lo transformaremos a nuestra imagen y semejanza.
Libro imprescindible, no del género, no del autor... sólo imprescindible, a secas. Léanlo si tienen la oportunidad. Yo, cada vez más enamorada. Aún es primavera. Y aquí la dejamos.
Centinela.
¡Qué blog tan chulo! :D
ResponderBorrarPor cierto, me puede la intriga... ¿cómo has llegado al mío? :P
Gracias por dejarme un comentario. Al paso que voy, si sigues pasándote verás la mantita acabada pronto :D O eso espero al menos jejeje
Un beso!!
Pues me encantó este libro. La posibilidad de invertir los papeles habituales y ver loq ue sucedía me atrajo desde el primer momento. Me pareció fascinante y estaba esperando el resultado de esa aventura que comenzaba para unos mirando al cielo en un porche.
ResponderBorrarGran reseña
besos
Muy buena reseña, voy a apuntarlo :).
ResponderBorrarBesos, te sigo.
Yo amo la ciencia ficcion :D este señor lo oi mencionar desde el colegio! lo tengo taan pendiente xD
ResponderBorrar¿Por qué a todo mundo se lo mencionaron alguna vez en el colegio menos a mí? Injusticias, injusticias everywere.
BorrarCómo disfruté este post! Gracias!
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