Centi: Fiu! (entra de un saltito). Sí, ya no sé ni cómo saludar.
Ana: Quizá deberíamos levitar y hacer ese saludo, corto y ondeado de El diario de la princesa. "Gracias por venir aquí hoy."
Centi: ¿Qué rayos? (voltea a ver a Ana.)
Ana: (Levita feliz mientras saluda.)
Centi: OK. No esperaba éso. (Se gira confundida hacia la audiencia y carraspea) Hola, mis queridos imaginantes. Hace ya varios días encontré por la red un interesante proyecto de un fotógrafo, el cual consistía en elegir y mostrar -por medio de fotografías bien cuidadas, obviamente- aquellos diez objetos que uno indudablemente salvaría de un incendio. Esto resultó en una colección de fotografías de diversos objetos cargados generalmente de valor emocional. Como era de esperarse, a mí esta terrible situación hipotética me hizo pensar en unos de los objetos más susceptibles al fuego: los libros.
Ana: ¿Quieres decir que moriremos todos en un gran incendio? ¿Habrá un gran resplandor como en Puro y terminaré fusionada con mi teléfono y muchos gatos? (Ana desciende lentamente.)
Centi: Erh..., ¿no? (evita la mirada de Ana y respira ondo) Como decía, la pregunta que me asaltó aquí fue: ¿Cuales son los libros de mi colección que, en el hipotético e indeseable caso de haber un incendio, salvaría sin pensarlo dos veces?
Ana: Sí, por supuesto. Como la tendrías taaan fácil...
Centi: Bueno, suponiendo que tuviera la oportunidad, claro, pues lo más probable es que saldría corriendo despavorida, me asegurase de que todos están bien, entonces me acordaría de mis libros y acto seguido, me hago bolita y arranco en un llanto infinito...
Ana: Yo creo que te agarra tanto la depre por perder tus libros, que te sacrificarías y te echarías a las lenguas de fuego para volverte cenizas... y renacer como ave fénix. Eso sí, a mí no me vengas a echar tus lágrimas curativas...
Centi: Ya, hagamos ésto que si no aquí nos estamos todo el día. A continuación, ¡nuestros solemnes elegidos para la salvación eterna de la llamas del infierno! (Levanta los brazos de forma dramática.)
Ana: (Esta vez es Ana quien mira extraño a Centi.)
Calcifer volviéndose loquito por tus libros. |
CENTINELA:
Aparentemente están por orden pero no, me rendí con eso así que los acomodé a como mejor se acoplaban las portadas (?). Me costó muchísimo hacer esta lista, no me decidía y quería salvarlos a todos, pobresicos, mis preciosos. Se creería que mi lista se vería monopolizada por Ray Bradbury y Amélie Nothomb pero no, ya sé, a mí también me sorprendió. El colmo de los colmos aquí es el pobre de Fahrenheit 451 que, ni aún hablando de hogueras y literatura y libros incendiándose... ni así se salvó. Qué les puedo decir, ¿Las Crónicas de Narnia ocupan mucho espacio? Que hablando de eso, hice trampa y metí el tomo único (que no tengo) pero, supongo, que si me hicieran elegir entro uno sólo éste sería La travesía del Viajero del Alba... ¿o El sobrino del mago?, o La travesía... ¡O TODOS! (bueno, no todos, probablemente El Príncipe Caspian lo aventaría a la hoguera fingiendo demencia) Ya, qué entrada tan dolorosa de hacer :'(.
ANA:
Jamás podría ponerlos en orden. ¿Cuál tomaría primero si las lenguas de fuego amenazaran con consumir estas bellas historias? No lo sé, no tengo idea. Tampoco es como si tuviese todos estos libros, con estas ediciones tan chachis... Creo que salvaría estos y también (aunque no lo puse) mi vieja copia de Harry Potter y la Orden del Fénix, porque fue un libro que compré con el dinero que me dio mi papá en diciembre de hace muchísimos años. Sentimentalismo.
En fin, que como Centinela, pensé que estaría todo poblado de J. K. Rowling y romance, pero no. Hay que ver qué haría en un incendio de verdad. No es que quiera experimentarlo, de todos modos.
***
¡Bueno! Esas fueron nuestras elecciones. Esperemos que alguien concuerde con alguno de nuestros salvados. Pero dígannos, dígannos, nos morimos de ganas de saber: ¿Cuales son los libros que ustedes indudablemente salvarían de un incendio?
¡Nos seguimos leyendo!