Título: Percy Jackson y los Dioses del Olimpo I: El ladrón del Rayo
Título Original: Percy Jackson and the Olympians I: The Lightning Thief
Autor: Rick Riordan
Traducción: Libertad Aguilera Ballester
Editorial: Ediciones Salamandra
Páginas: 285
Año de Publicación: 2005
Sinopsis Oficial:
¿Qué pasaría si un día descubrieras que, en realidad eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Pues eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir los acontecimientos más emocionantes de su vida.
Expulsado de seis colegios, Percy padece de dislexia y dificultades para concentrarse, o al menos esa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera el mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, el hijo de un dios y un mortal. Y como tal ha de descubrir quién ha robado el rayo de Zeus y así evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.
El ladrón del rayo da comienzo a la apasionante serie PERCY JACKSON Y LOS DIOSES DEL OLIMPO, un mundo secreto que los antiguos dioses griegos han recreado a nuestro alrededor en pleno siglo XXI.
Opinión Personal:
Percy Jackson y los Dioses del Olimpo, ¿eh? Bueno, ya tenía una idea de qué trataba esto, gracias a la película (cosa que explicaré después).
De la portada puedo decirles que me gustó. Señala uno de mis momentos favoritos, típicos de Percy, donde se encuentra con algún monstruo que desea matarlo y se salva más por chiripada que por ser realmente bueno en la lucha. Además, el color, junto en combinación con el resto de la colección de Los Dioses del Olimpo, me resulta fascinante.
La primera impresión que tuve al leer el titulo del primer capitulo fue que no había leído algo como eso en toda mi vida: “Pulverizo accidentalmente a mi maestra de introducción al Álgebra”. Es un titulo bastante burlón, divertido y suelto. Me encantó la forma en que comienza la historia: “Mira, yo no quería ser mestizo.” Y ahí está el mismísimo Percy, que me cayó bien hasta la medula por tan solo hacer una introducción fuera de lo casual, informal; por ser directo, contarte todo lo que sabe, sin ocultar nada y aceptando lo que es. No quería ser uno de ellos pero ya que lo es, hace todo lo posible por sobrevivir a los montones de monstruos, de aventuras y de malas rachas que se le vienen encima.
Y el resto es historia, me encontré devorando las aventuras de Percy, riéndome con su muy particular forma de narrar y adorando a la bully de la historia: Clarisse.
Rick Riordan ha logrado hacer de la mitología griega algo divertida y agradable. También, me ha hecho ver que los niños disléxicos e hiperactivos realmente son incomprendidos (trabajé con un niño así hace unos años). Supongo que de haber sido una niña con esas enfermedades, me habría sentido realmente identificada con Percy y con los semidioses.
Es un buen libro y sí, no quedé totalmente histérica deseando saber más, pero me dije que debía de continuar leyendo la saga, porque pintaba bastante bien.
―¡Mamá! ¡Aguanta que voy!
Ella me miró a los ojos y consiguió emitir una última palabra:
―¡Huye!
Entonces, con un rugido airado, el monstruo apretó las manos alrededor del cuello de mi madre y ella se disolvió ante mis ojos, convirtiéndose en luz, una forma resplandeciente y dorada, como una proyección holográfica. Un resplandor cegador, y de repente… había desaparecido.
―¡¡Noooo!!