Titulo Original: The host
Autor: Stephenie Meyer
Traducción: María Jesús Sánchez
SUMA de letras
Páginas: 715
ISBN: 978-607-11-0164-8
Un enemigo invisible plaga nuestro mundo. Los seres humanos se han convertido en huéspedes de una especia invasora que se adueña de sus mentes, dejando intactos sus cuerpos para que continúen con vidas aparentemente normales. La raza humana ha sucumbido casi por completo.
La captura de Melanie, una de las pocas que permanecen en “estado salvaje”, parece ser el fin.
Wanderer, el alma invasora en el cuerpo de Melanie, recibió toda clase de advertencias sobre lo que implica habitar un cuerpo humano: las emociones abrumadoras, la exhuberancia de los sentidos, la persistencia de los recuerdos. Solo existe un problema inesperado: un huésped que se rehúsa desalojar su antiguo cuerpo y perder el control de su mente.
Wanderer investiga los pensamientos de Melanie para descubrir dónde se oculta la resistencia humana. En cambio, Melanie inunda a Wanderer con la visión del hombre que ama: Jared, un humano fugitivo. Pronto Wanderer, incapaz de distanciarse de los anhelos de su cuerpo, se verá dividida entre el cumplimiento de la tarea que se le encomendó (encontrar a Jared) y sus verdaderos sentimientos. Obligadas por las circunstancias, Wanderer y Melanie se convertirán en aliadas en la peligrosa búsqueda del hombre que aman.
Stephenie Meyer es una de las más importantes escritoras en la actualidad. En esta ocasión presenta una novela cautivadora e inolvidable sobre la persistencia del amor y la verdadera esencia del ser humano.
Opinión Personal:
Me gustaría haber conocido a Meyer por esta novela y no por su ya famosa Saga Crepúsculo. Quisiera que “La huésped” tuviese más importancia cuando se mencione a Meyer, pero no, la realidad es diferente. Yo les hago la invitación a que olviden todo lo que saben, todo lo dicho y sobre todo, los prejuicios que hay hacia Stephenie Meyer.
Es la segunda vez que leo esta novela ¡y me ha flechado más que la vez pasada! La primera vez, me costó unas 100 páginas engancharme, pero ahora que hice mi re-lectura, he comenzado fascinada. Al principio es un poco confuso, pero conforme van pasando las hojas, todo se aclara. La idea es muy original; verán, que tenemos a unos aliens muy distintos a los que vemos en la tv. Son llamados almas y ellas han viajado por todo el universo buscado posibles mundos a los que colonizar. Estas pequeñas criaturas son insertadas dentro de los cuerpos huéspedes y se apropian de sus mentes y vidas. Han descubierto varios mundos, con unos nombres y huéspedes muy raros (y en mi opinión, creativos y divertidos). Los nombres de las almas también son muy peculiares y son dados dependiendo diversos aspectos como los mundos en los que han vivido, las cosas que han hecho y en algunas ocasiones, según la personalidad. (¡Y qué bombas están esos nombres!: Vado Aguas Profundas, Viajera, Llamas de Flores Vivientes, etc.) Así que de entrada puedo hablarles de que esta novela contiene mucha originalidad, está en su consideración juzgarla como buena o mala.
Como la sinopsis dice, la novela habla sobre el amor y la verdadera esencia del ser humano (¡pero no se asusten! No hay vampiros melosos brillando de por medio). Y yo quiero agregar, que también habla de otros temas que me parece igual de importantes: la importancia de dominar el propio cuerpo y una utopía alienígena.
Melanie era una humana rebelde hasta que es atrapada y sometida a una inserción, en la que Wanderer comienza a tomar control sobre el cuerpo y su mente. (Es tan jugosito que no sé cómo describirlo) Así que Wanderer trata de hacer su vida en la Tierra, pero Mel se le resiste. ¡Imaginen cómo estaría si nos pasara a nosotros! ¿Y si tal que un día no podemos mover nuestro brazo aun cuando le digamos que se mueva? ¿Y si nuestros pensamientos no están a salvo de nuestras propias mentes? ¿Qué pasa con esas personas que sufren trastornos de personalidad múltiple y se pasan cambiando de roles (juro que no veo Criminal Minds)? Supongo que todo eso debe ser terrible, así que me compadezco con Melanie por no tener ya más el control de su cuerpo ni tener a salvo sus pensamientos, recuerdos y emociones.
¿Y por qué una utopía? ¡AH! Pues porque las almas llegaron a la Tierra y comenzaron a modificar todo lo malo: no hay guerras, no hay violencia, no hay discordia, ¡no hay enfermedades! Tienen cura para el cáncer y toda la cosa. ¡Vean qué preciosura! Y yo, como buena filosofa, me pongo a pensar en que quizá no tuviese tantos problemas existenciales: viajaría por el mundo, conocería lugares, me dedicaría solo a las letras y… ¡Joder, ya no sería yo! ¡Sería un alien!
Ahora sí, no puedo evitar el no hacer comparaciones. Los personajes no son tan superficiales ni tan fastidiosos como lo fueron en la Saga Crepúsculo (Bella, Edward y Bree para mí); están bien construidos, son agradables y creíbles. Si llegué a sentir cierto fastidio u sentimiento de odio hacia ellos fue en sentido positivo, no porque fuesen insoportables. La narración de Stephenie Meyer ha crecido y describe más los escenarios, las personalidades y todo eso, ha enriquecido tanto esta historia que me deja sedienta porque quiero conocer más y más de las almas y los otros mundos. (Yo también quiero escuchar los relatos de Wanderer) No solo se centra en el amor, sino en muchísimos otros aspectos. Aún así, hubo una que otra inconsistencia que me dejó con cara de WTF! ¿Cómo ocurrió esto? Y me di cuenta que Meyer tiene una extraña obsesión con eso de hacer que unos enamorados se besen frente a un tercer enamorado. No es una obra perfecta pero es buena. A mí me ha gustado y la recomiendo.
En conclusión, absolutamente recomendada por su originalidad y la historia. No tienes nada que temer, no te encontrarás con una versión (ni un poquito) cercana a Crepúsculo. Es disfrutable y se presta para ser devorada. Ah y me ha proporcionado un crush bien fuerte.
Pd: Larga muerte a la publicidad de Crepúsculo al final (¡tres páginas!).
-Jared -gritó, aunque a través de mi garganta herida la voz apenas llegó a graznido.Ella me lanzó hacia adelante, de la misma manera que lo había hecho en el desierto, asumiendo el control de mi cuerpo inmóvil. La única diferencia era que esta vez lo hizo a la fuerza.No fui capaz de detenerla a tiempo. (…)Antes de que Melanie lograra tocarlo con mis dedos, él disparó el brazo y el dorso de su mano se estrelló a un lado de mi rostro.