A quien corresponda:
El baúl lleno está. Seguro que cuando desempaque, recordaré que algo me faltó y tendré que pedirle a alguien de casa que me lo envíe con Pooki, nuestra lechuza. Por ahora, creo que todo está listo.
Ah, vale. No voy a Hogwarts. En primer lugar, Hogwarts solo recibe alumnos del Reino Unido; en segundo, tengo veintidós (y uno más en dos semanas), así que en caso de que fuese, solo sería como profesora; y en tercer lugar (¡no me odien!) el castillo es real en nuestros corazones y vidas alternativas. No puedo tomar un avión, llegar a Londres, ir a King's Cross y escabullirme en la Plataforma 9 y 3/4. Es tan horrible. La realidad, la cruda vida, es así de decepcionante en ciertos sentidos. Claro, hay muchas cosas preciosas por las que vivir (trato de encontrarlas, quizá me empeño demasiado), así que no todo es malo.
En el mundo hay que saber percibir la magia de las cosas. La magia no se da haciendo un encantamiento ni elaborando pociones. La magia está en los actos pequeños, en la adrenalina de ciertos momentos, en el cariño de tu familia y de tus amigos, incluso cuando a veces te dan ganas de asesinarlos. Solo necesitamos percibirla y apreciarla.
El universo de Harry Potter me fascina, creo que lo saben. Antes me dolía mucho saber que jamás iba a sostener una varita, que no volaría sobre un dragón, que jamás conocería realmente a los personajes. Mi premio de consolación era que al menos podía conocer a los actores. Mi fantasía (y estoy segura que era la de muchos también) era actuar en las películas, ser parte del cast, porque actuar me parece una carrera llena de pasión y adrenalina, porque me resulta fascinante la idea de que no tienes que hacer lo mismo una y otra vez, que conoces gente diferente día a día y trabajas en diferentes lugares. Y es que, ahora que voy a cumplir mi cuarto martes (casi un mes) en el trabajo, empiezo a desesperarme. Es hacer lo mismo, una y otra vez. Es una rutina cansada y agobiante. No me da tiempo. Tengo que esforzarme. Si quiero dibujar, tengo que desvelarme. Si quiero escribir, tengo que saltarme la hora de la comida. Si quiero hacer algo, tengo que hacer un sacrificio, como lo hice en el pasado y como tendré que hacerlo en el futuro.
El sábado compartí una conversación con mi padre. Le comenté que, como salí temprano, pensé que podía hacer muchas cosas. No fue correcto suponer eso. La tarde se me fue, de largo, en casi un suspiro, y me encontré hablando con papá (cosa rara) de cuan cansada estaba, de cómo el tiempo se me escapaba por las manos como si fuese agua, de lo terriblemente pesado que es hacer lo mismo una y otra vez. Entonces él dijo: y mañana harás lo mismo, y el día después de mañana, y así será por el resto de tu vida. ¡¿Qué?! Pero papá, yo tengo que ir a Hogwarts y más allá. Tengo que visitar Alacante, montar dragones en Alagaësia y ser el sinsajo de Panem. (No le dije eso, por supuesto)
No puedo hacer esas cosas, porque no importa cuánto trate, cuánto sueñe, eso será imposible en la realidad. Ni aunque vaya a parques temáticos, no será el verdadero Hogwarts. Tampoco tiraré éste trabajo y me convertiré en una actriz exitosa de la noche a la mañana. Conoceré gente, en distintos lugares, trataré de escribir y dibujar, intentaré hacer otra carrera aparte de la laboral y daré lo mejor de mí.
No estoy diciendo que voy a dejar de tener sueños extraños en los que gano Baftas y Óscares. Probablemente lo seguiré haciendo, porque eso es parte de mí. Pero trataré de trabajar en los sueños que sí puedo cumplir y seguiré tomando mi tren, aunque tenga cincuenta, cada 1° de Septiembre.
Adiós.
Me ha encantado, y se corresponde tanto con lo que yo pienso... Vivir y disfrutar de tu realidad sin que ello signifique dejar de perseguir tus sueños. Claro, que a veces no es fácil compaginar ambas cosas y nos dejamos una de ellas por el camino.
ResponderBorrarSaludos!
Que bonito. Creeme que todos hemos soñado no tener una rutina y vivir otra vida. pero bueno!
ResponderBorrarHa quedado muy bonito tal y como lo has escrito. Entiendo como te sientes. A mi me pasa más con los personajes aunque también sueño con su mundo. Pero lo que de verdad me gustaría es conocerlos y hablar con ellos.
ResponderBorrarTendremos que conformarnos.
Besos :)
Un pensamiento interesante, supongo que, como dices, eso es lo que nos toca a todos, buscar la magia en la rutina para no volvernos locos. No te preocupes, que no eres la única que toma ese tren cada 1 de septiembre. Somos muchos en la estación.
ResponderBorrarUn besín.