Título original: La Mécanique du Coeur
Autor: Mathias Malzieu
Traductor: Vicenç Tuset
Editorial: Reservoir Books
Páginas: 173
Año: 2007
Sinopsis:
Imagina la noche más fría de la historia. La nieve cae sobre la ciudad de Edimburgo. En lo alto de una colina nace el pequeño Jack, pero su corazón está dañado. Y por eso necesitará reemplazarlo por un reloj de madera, un corazón artificial del que dependerá su vida. Acompañemos a Jack en su aventura quijotesca desde las frías callejuelas escocesas hasta una radiante ciudad andaluza, en busca del amor. Pero, ¡cuidado!, Jack debe seguir unas reglas para sobrevivir:Uno: NO TOQUES LAS AGUJAS.Dos: DOMINA TU CÓLERA.Tres: NO TE ENAMORES NUNCA.LA MECÁNICA DEL CORAZÓN DEPENDE DE ELLO.
Reseñica:
Realmente no creo que alguien aquí no haya escuchado hablar de éste libro en algún momento; y si lo hay, aunque sea de vista lo conocerán, vaya. La mecánica del corazón es uno de esos libros que no pasan desapercibidos, y es que hay que admitirlo, la portada es lindísima y atractiva. Y la sinopsis, uff... ok, vale, momento de confesiones: a mí desde las normas esas que te ponen en grande en la contraportada, ya me olía rarito. Pero de que llama, llama.
Hay un asunto con éste relato (que aunque es una novela y es lo suficientemente larga -aunque aún corta- para ser considerada tal... más bien sabe a relato), y es que desde el inicio te tragas una saborsito a lo Tim Burton que te incomoda porque tiene la intención, pero la atmosfera nunca es lograda del todo. Toda la imagen con la que te preparan para el libro, y aún las primeras páginas, te convencen, de alguna forma, de que te vas a topar con un mundo muy similar a los de éste director ya tan querido por muchos... Pero se queda en la finta y es todo.
No me dan muchas ganas de hablar del argumento de la novela pues me provoca un poco de flojera. Ok, creo que para estas alturas ya se habrán dado cuenta que no quedé muy satisfecha con esta lectura. Pues no, así es ésto. Puesto que no es un relato tan extenso, el argumento base queda muy bien resumido en la sinopsis. Sólo cabría agregar el terrible enamoramiento que nuestro protagonista sufrirá con una pequeña niña cantora que conoce en su primer día en el pueblo (pues, por su condición, Jack nunca había podido bajar al pueblo). Pero ésto ya se veía venir. A partir de entonces todo será una travesía muy pintoresca para la búsqueda exhaustiva del verdadero amor. O al menos el objeto de amor de nuestro protagonista. A lo largo de dicho recorrido, nos encontraremos con personajes de lo más curiosos, noches tenebrosas, tranvías solitarios, carnavales a la vieja usanza, relojeros, ilusionistas. Vaya, cosas que en teoría suenan bomba, pero en la práctica... Ay, mano, cómo te explico.
En verdad que yo iba muy dispuesta a disfrutar de esta lectura, a pesar de que no, no llevaba expectativas altas ni de ningún tipo. Y aunque ciertamente disfruté mucho las primeras páginas, que me sorprendieron para bien debido a ése terrible frío que casi casi sentí en mis huesitos (o tal vez era que, en realidad, sí hacía mucho frío), todo lo rescatable que pude encontrar calló completamente a partir de su primer encuentro con Miss Acacia, la pequeña cantorsita.
La mecánica del corazón, por lo que he visto, es un libro que o gusta mucho o no gusta nada. Yo quedé entre los segundos; a mí me pareció una mezcolanza mal hecha. Con protagonistas de lo más desesperantes y sosos y una narración que no engancha nadita, a pesar de su corta longitud. Su lenguaje pseudo-poético es de lo más irrisible, que a mí sólo me entorpecía la lectura y me provocaba arcadas mentales de las metáforas y comparaciones mal logradas que me soltaban cada tanto, y risillas, muchas risillas. Pero como dudo mucho que el autor lo haya escrito así con la intensión de hacer reír, pues no le daré mérito por ello.
Me hubiese gustado mucho más que me hablaran sobre Madeleine pues me parecía infinitamente más interesante que cualquier otro personaje. Creo que es también una de las razones por las que disfruté el inicio de la novela, y luego ya no tanto. Pues todo se vuelve "la cantorsita esto y la cantorsita aquello" y dan mucho la lata con un romance que a mí me parece ridículo, hacia personajes que ni siquiera se molestan en presentar para que signifique algo. Vamos, más bien un romance inexistente, pues el dichoso "encuentro" (muy ridículo, también) es cuestión de segundos y ni se conocen realmente pero vamos, que para amores obsesivos y otros cuates.
Y ya puestos a hablar de personajes. Esta novela cuenta con diferentes cameos y referencias al siglo XIX, entre ellas la intervención de personajes tales como Jack el destripador y Georges Mèlies. En el caso de Mèlies me pareció un gran acierto, se funde con la historia muy bien y aporta cierto sabor que es grato, a su vez que su relación con Jack y el trato que tienen entre ambos te hace sonreir internamente más de una vez. Si embargo, lo de Jack el destripador me pareció completamente forzado, innecesario y que no le hacían justicia en ningún sentido, mala parodia y peor escena todavía, que no aportó nada a la historia (aunque el autor se empeñó mucho en hacernos creer que sí, pero no).
Otra cosa que me molestó mucho es esa característica tan peculiar de que a los niños le dieran pensamiento adulto. No me sentía cómoda leyéndolo, aunque al principio, en el nacimiento, me llegó a hacer gracia, después su antinaturalidad se marca más y, aparte, tampoco disfruté nada esa idea sensual que se empeñaba Malzieu en atribuir a la cantorsilla, pues aunque él se esforzó mucho en describirlo de tal forma, ni de lejos me lo pareció así.
Principalmente, creo que el mayor problema de ésta historia es que Malzieu se esfuerza mucho en contarte algo de una forma en particular en lugar de dejarte vivirlo y decidir por ti mismo si las cosas son así o no lo son. Y eso, claro, resulta en todo un desastre. Creo que dejar todas las apariencias de lado y centrarse más en construir personajes y relaciones sólidas hubiese sido lo ideal. Pero bueno.
No suelo asignar calificaciones aquí pero yo en goodreads le di 2 estrellas. No sé ni por qué. En fin, semejante pérdida de tiempo. Supongo que si al final quisiera resumirlo en una palabra, sería ésta: PRETENCIOSO.