De todos los libros que leí este año...

¡Hola, ricuras! 

Una vez más, hemos terminado otro año lleno de cosicas esperadas e inesperadas. ¡Hemos sobrevivido! Y a muchos de nosotros nos emociona empezar mañana con toda la actitud (como si todo lo malo se nos quitara a las doce campanadas, jeh). Y por eso mismo, traigo sin más preámbulos, todo lo bueno, lo malo y lo meh de este año; al menos en lo que a libros se refiere. Ejem, ¡comencemos!

*se pone sus gafitas y se viste toda formal*

En el 2016, mi meta inicial era leer 50 libros, peeeeeeeero al notar mi nefasta productividad y reconocer que no saldría de mi estado subhumano ya tradicional, decidí cambiarla a 25. Pues porque me gusta sentirme exitosa en la vida, na' más por eso.

(contando los abandonados, porque sino, ¡estoy frita!)

Ahora sí, vamos a ver lo mejor, lo peor, lo meh y las sorpresas.

ASKJDAFHLKLJÑ, y los galardones son para...

Solsticio del fin del mundo, Simon Holt. Una vez más, el autor logró posicionarse entre mis favoritos. Y es que, a pesar de ser una segunda parte, el ritmo de la primera y el terror no disminuyen; los personajes continúan creciendo y los giros de trama son muy emocionantes. Recomendadísimos los dos primeros todos de la saga Los Voradores. 

Memorias de un amigo imaginario, Matthew Dicks. Éste fue un libro que llegó a mis manos de forma inesperada y que se adueñó de mi corazoncito y me hizo llorar un montón. La historia es tierna, derrocha la inocencia de un niño pequeño y es divertida por igual; muy melancólica y dolorosa. Como soy masoquista, tenía que estar en mi top. 

El juego de Ender, Orson Scott Card. Un mundo futurista y una invasión extraterres. Ciencia ficción por donde quiera y yo muy feliz. Eso sí, al principio me fue muy difícil engancharme, pero la espera y la perseverancia valieron la pena. No es solo la historia de un niño al que entrenan; es más profundo, se los aseguro.

La llamada de lo salvaje, Jack London. No entiendo porqué el año pasado no puse a London entre mis favoritos. Verdaderamente su prosa, la narración de la travesía de los lobos y las aventuras que viven está tan cargada de sentimientos y belleza que me dan ganas de vomitar de la emoción. 

El castillo ambulante, Diana Wynne Jones. Esperaba más de este libro. Sin embargo, no dejó de ser divertido y encantador, especialmente por el universo cargado de magia. ¡Ah!, y el humor de Howl es de lo mejor. 

Los premios vomito son para...

Delirium & Pandemonium, Lauren Oliver. Después de haber leído Before I fall de la misma autora, esperaba mucho más. Sin embargo, el primer libro fue lo suficientemente agradable para continuar leyendo la segunda parte, pero a partir de allí ya no pude continuar y decidí que no iba a seguir torturándome de esa forma. Saga abandonada con seguridad. 

Nadie como tú, J. A. Redmerski. Un libro prestado, gracias al cielo. Si hubiese gastado dinero en eso, me habría deprimido. Me pareció muy inverosímil toda la historia, la relación entre los protagonistas demasiado forzada y falsa. Ni hablar del supuesto gran giro en la trama. Una chorrada que la autora escribió para dar dramatismo, pero yo no me la creí. No, no, no, no...

Y por eso rompimos, Daniel Handler. Mientras lo leía, me parecía muy meh; Min era bastante insoportable, egoísta e infantil. No me pareció una bonita historia de amor y las ilustraciones me parecieron igual de cutres que la historia. 

The boy who sneaks in my bedroom window, Kirsty Moseley. El primer libro que abandoné en el año. La chica sufrió de abuso; su consuelo es el chico que se escurre a su habitación por la ventana y que es un amor por las noches y un abusador por el día (le pone la zancadilla y le llama perra). Como la protagonista de esta novela es tonta, ama a ese chico. Y yo no iba a estar matando mis neuronas con una historia así.

Los abucheos van para...

Stardust, Neil Gaiman. Probablemente este es el momento en que se preguntarán (algunos de ustedes) si estoy loca. Y es que me habían dicho que Neil Gaiman era un autor increíble. No digo que no lo sea, quizá Stardust no es de sus trabajos más fantásticos; simplemente no llenó mis expectativas. Pensé que no iba a poder parar de leer, que me brillarían los ojos, que se convertiría en uno de mis libros favoritos porque la película sí que lo es. Pero no ocurrió y me siento de luto por ello.

Donde termina el arco iris, Cecelia Ahern. Vi la película hace menos de un mes y terminé tan enamorada de los protagonistas (aunque me desesperaron un poquitín, eso sí) que tenía que leer la novela. Pues la sorpresa fue que no logré sentir demasiado ni conectar con los protagonistas; nos decían que habían sido mejores amigos, pero sino me lo hubiesen dicho, no lo habría sentido así. Una decepción total. Y tardaron demasiado, qué rabia.

La quinta ola, Rick Yancey. Al ver el trailer de la película, me emocioné mucho con la novela (aunque no me agrada nadita la Moretz). Y me di a la tarea, ya saben; desafortunadamente, tanto cambio en la narración y el maldito romance me jodió la lectura. Fue bueno, pero no fue lo que yo esperaba. Una lástima. Sigo sin saber si la continuaré o no.

Y un gran ¡OOOOOOOOH!:

El hombre que ría, novela gráfica. Fue un regalo del amigo secreto de este diciembre y la verdad es que me encantó. Una historia muy bonita y dolorosa. No conocía esta obra de Victor Hugo, así que ahora muero por leer la novela.

Sueños futuros: Cuentos para un nene de la luna, varios autores. Otro regalo. Éste vino desde Argentina e hizo un larga travesía para llegar a mis manos. Es una recopilación de cuentos de ciencia ficción con mensajes muy bonitos. Las ilustraciones están chulísimas. Así que fue una sorpresa muy grata.

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo, Benjamin Alire Sáenz. Compré la novela sin saber de qué iba.  Me gustan mucho los títulos largos y la portada es hermosa por tantos detalles, así que cuando descubrí que el contenido era tierno y muy bonito, me hizo feliz. 

Y así fue mi año de lecturas. Espero que el 2016 podamos seguir viéndonos para compartir más sobre libros y cosicas chachis. Que sus estanterías estén llenas de libros por descubrir y que sus corazones estén hinchados de amor. Hasta aquí llego, solo me falta desearles un espectacular 2016.