Duración de 141 minutosProtagonizada por Gal Gadot, Chris Pine, Robin Wright, David Thewlis, Danny Huston, Lucy Davis, Ewen Bremner, Elena AnayaDirigida por Patty JenkinsAntes de Mujer Maravilla estaba Diana, princesa amazona. Cuando el piloto del ejército estadounidense Steve Trevor estrella su nave en la mítica isla de Themyscira, la noticia de un conflicto bélico como ningún otro en el mundo exterior llega a oídos de las amazonas. Asumiendo que se trata de Ares, Dios de la Guerra, Diana decide abandonar su hogar junto a Trevor y acabar con el problema, descubriendo su verdadero poder y destino.
Vayamos al año 2013: Diana Prince, ícono de DC Comics y la primer superheroína de la historia, sería interpretada en el cine por la actriz israelí Gal Gadot. De inmediato críticas hacia su capacidad histriónica o complexión física; volvamos a junio 2017. El mundo recordará la primera aparición de Mujer Maravilla en pantalla grande, dirigida por Patty Jenkins, y como esta princesa amazona borra cualquier duda que existió y nos demuestra que la esperanza puede hallarse incluso mientras nos llenamos la boca de un puñado de palomitas.
Desde su arranque, la historia y su ritmo nos envuelven en un mundo totalmente nuevo, dominado únicamente por mujeres, muy similar a lo que pasaba detrás de cámaras, al ser Patty Jenkins la encargada de sacar a flote el proyecto. De verdad, es impresionante lo que logró esta directora si además tomamos en cuenta que su filmografía tiene un vació de 14 años entre esta y su última película, Monster: Asesina en Serie, que le valió a Charlize Theron, la protagonista, un Oscar a Mejor Actriz en 2004.
La mancuerna de Jenkins y Gal Gadot no sólo brilla en escena, sino también en las múltiples alfombras rojas del filme, incluyendo su visita a México. ¿Pero qué hace tan especial a Mujer Maravilla? Qué en lo personal, me fascina como evita caer en el cliché contemporáneo y feminista de enaltecer a la mujer a expensas de demeritar al hombre, por el contrario, la superheroína sobresale sin desearlo, pues la inocencia, valentía y decisión que Gadot transmite a través de Diana Prince; es increíble, y no hay otra actriz que hubiera preferido en el protagónico más que Gal Gadot. ¡Felicidades por haber callado tantas críticas con sólo entregar un excelente trabajo!
Pero sin duda lo que más disfruté fueron las tres piezas de combate; al inicio en Themyscira con todas las amazonas, después cuando Diana avanza en el frente de combate, derrotando al ejército enemigo y asegurando la zona. Por último el clímax de la cinta, con una revelación ya esperada del villano central, pero que no afecta las apuestas finales, con una conclusión que hará a más de uno llorar.
En todos estos casos existe el uso de cámara lenta para mostrar a detalle las coreografías y los impresionantes efectos especiales logrados; aquí es evidente el duro entrenamiento por el que Gal Gadot tuvo que pasar para convertirse en la Mujer Maravilla. La actuación no siempre se basa en diálogos, y como en esta entrega, la condición física juega un papel importante al hacernos creer lo que vemos en la pantalla grande.
Pero Chris Pine tampoco se queda atrás, dando uno de los mejores trabajos de su carrera, me atrevo a decir. Desde su primer encuentro con Diana, hasta un final que nos recuerda a Capitán América: El Primer Vengador, él y Gadot mantienen una química natural e impresionante.
Tal vez escenas con ambos discutiendo incómodamente las reglas para poder dormir con alguien sin estar casados, la anatomía masculina o simplemente los dos bailando en medio de cánticos y copos de nieve, no aporte dinamismo a la trama, pero claro que nos hace encariñarnos con sus personajes, preocuparnos por ellos, al punto en que Mujer Maravilla podría pelear contra una toalla para salvar a Steve Trevor y aun así el público se interesaría.
Por otro lado, aplausos al memorable Score y Soundtrack del filme. Si lo piensan bien, pocos son los temas musicales que se nos quedan grabados en la mente, y estoy seguro que el de Mujer Maravilla es uno de ellos. Además, las piezas instrumentales complementaban a la perfección momentos clave de la historia, resaltaban relaciones, como la de Trevor y Prince, o sólo brillan por su letra, en el caso de To Be Human, de Sia (ft. Labrinth).
Mención especial a Robin Wright, quien a pesar de tener poco tiempo en pantalla nos deja impresionados con esas secuencias de combate y la complicidad que sostiene con Diana. Y no puedo olvidarme de Lucy Davis, un comic relief que por primera vez en el Universo Extendido de DC Comics no se siente forzado, sino carismático y espontáneo, y en general eso aplica para describir el humor en Mujer Maravilla, además de atinado e involuntario.
En lo que respecta a los villanos, la Dra. Maru da una impresión exagerada como su alter ego, la Dra. Veneno; desde su nombre no podemos defenderla mucho. Su contraparte, Danny Huston como Ludendorff es amenazante y le crees su rol como enemigo, aunque su desenlace me dejó deseando más. Lo cierto es que este aspecto es el que menos desarrollo obtuvo, pero siendo una película de origen a una superheroína, no podemos culpar al guión por darle mayor enfoque a la protagonista y descuidar a sus enemigos.
Por último, para quienes se pregunten si Mujer Maravilla tiene alguna conexión importante con la Liga de la Justicia u otro próximo filme del estudio, lamento decir que no; pero esto es otra de las cualidades del proyecto, se sostiene por sí mismo, sin depender de apariciones de otros personajes (¡cof, cof, Batman v. Superman, cof, cof, Escuadrón Suicida, cof, cof!)
En conclusión: Mujer Maravilla es un triunfo total no sólo para los amantes de cómics, sino para cualquiera que guste de una buena historia, con una mujer que al igual que se sorprende por un helado o un bebé, también es aguerrida y decide ver lo mejor en la humanidad. Como Steve Trevor le dice en una escena cerca del clímax: “No se trata de merecer ser salvados, se trata de en lo que creemos”. ¿Y en qué creo yo? En que no importa lo mal que este el mundo hoy en día, si al salir de una cinta te llevas una sensación de esperanza contigo, creo que todavía existe algo de magia por ahí, incluso en una sala de cine. ¿Y ustedes?
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