Nuestro planeta puede ser un lugar confuso y complicado para cualquiera, particularmente para sus nuevos habitantes. En las primeras etapas de vida, la mente del individuo suele estar llena de preguntas. En este libro, Oliver Jeffers nos muestra todo lo que los niños necesitan saber para empezar a descubrir el mundo e identificarse como individuos en el tiempo y espacio, desde el sistema solar, el planeta tierra y sus elementos, hasta el cuerpo humano, las personas y los animales. Dedicado a su hijo, Jeffers explica con sencillez conceptos básicos para hacer más amable y comprensible el mundo para los más pequeños, abordando temas como inclusión, diversidad y convivencia en estas "notas para vivir en el planeta tierra"
No tengo fotos originales de este libro porque lo leí de un sentón. Me tomó cinco minutos terminarlo, pero se estancó en mi cabecita durante horas.
Y entonces, aquí estamos.
Me gustaría comenzar esta reseña con una frase de Carl Sagan en referencia a la imagen captada por la sonda espacial Vogayer 1 en 1990. En ella, en ese pálido punto azul, estamos nosotros. Esa es la Tierra.
“Mira de nuevo a ese punto. Eso es aquí. Es nuestra casa. Eso somos nosotros. En ese punto están todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que has escuchado hablar, cada ser humano que alguna vez existió, aquellos que vivieron sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de religiones, ideologías, doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada pareja enamorada, cada madre y cada padre, niños llenos de esperanza, inventores y exploradores, cada maestro con ética, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió allí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.”
Traigo a colación esto porque Aquí estamos, nos habla precisamente, de lo hermoso que es nuestro planeta. De su diversidad, no solo entre sus animales, sino en sus humanos; nos habla de valores, de lo mucho que le hace falta a este planeta, del valor que le damos a la vida y de nuestro lugar aquí, donde estamos. Para mí, una adulta de 27 que aun busca su camino, sus ilustraciones y palabras me hicieron pensar y pensar en dónde estoy y qué hago.
Y es que este libro ilustrado te invita a recordar que todos somos diferentes, pero al mismo tiempo, iguales. Te invita a recordar que eres parte de algo, de un planeta, aunque a veces en el traqueteo de la vida no te des cuenta. Por su sencillez, al ser una obra dedicada hacia los niños, Oliver Jeffers transmite todo ese amor de manera efímera, en una gama de colores brillantes y muy pocas palabras. Creo que para un niño puede resultar más sencillo de entender, porque normalmente, creo yo, son puros y no tienen la cabeza llena de pensamientos angustiantes y dolorosos como los adultos. No juzgan por religiones, aspectos o estatus. Creo que los adultos sí tendemos a hacerlo y por ello, Jeffers habla mayormente de lo que él quiere transmitir a su hijo: el mensaje del amor.
Me invitó a la reflexión y creo yo que por ello deberían leerlo. Lo recomiendo bastante, sí que sí.
Para terminar, un fragmento de una meditación que encontré desde hace un tiempo.
Así que aquí estamos, en ese pálido punto azul. Pequeñas motas de polvo existiendo por un momento. Arrojados a través del espacio y el tiempo, tan solo para brillar por unos momentos. Estos momentos son todo lo que tenemos en esta vida. Trabajamos, reímos, lloramos, hacemos el amor, escribimos libros, construimos imperios, creamos guerras. A menudo tratamos de ignorar el hecho de que estos momentos son temporales. Que todos nuestros imperios y el producto nacional bruto, que nuestro arte y nuestra literatura, que nuestros pantalones de diseñador de trescientos dólares, que todo nuestro conocimiento y tecnología, creatividad y legado será borrado. Todo va a desaparecer en algún punto junto a todo lo demás.
Exhalación, efímera, insignificante. Todo y todos son una exhalación. Están aquí por unos momentos y después, se han ido. Este pensamiento alentador puede ser deprimente o puede ser absolutamente liberador. Podemos seguir el camino que siguen muchos de los que nos rodean e ignorar este hecho, medicándonos y privándonos de nuestros sentimientos para evitar la verdad de nuestra humanidad; o quizá hay otro camino: podemos aceptarla. Podemos reconocer nuestro humilde lugar en este universo. Podemos reconocer la estupidez de la arrogancia humana. Y quizá como resultado, podamos aprender a apreciar y experimentar plenamente los momentos que tenemos como los regalos que son.
Exhalación, efímera, insignificante. Todo y todos son una exhalación. Están aquí por unos momentos y después, se han ido. Este pensamiento alentador puede ser deprimente o puede ser absolutamente liberador. Podemos seguir el camino que siguen muchos de los que nos rodean e ignorar este hecho, medicándonos y privándonos de nuestros sentimientos para evitar la verdad de nuestra humanidad; o quizá hay otro camino: podemos aceptarla. Podemos reconocer nuestro humilde lugar en este universo. Podemos reconocer la estupidez de la arrogancia humana. Y quizá como resultado, podamos aprender a apreciar y experimentar plenamente los momentos que tenemos como los regalos que son.
Hola, qué hermosa frase!! Estoy seguro que este libro será un favorito. No lo conocía así que te agradezco haberlo descubierto. Besos!!
ResponderBorrar¡Que linda reseña Ana! Me diste muchas muchas ganas de leerlo, no lo conocía. Por otro lado adoro a Carl Sagan y más ese texto/video sobre la tierra, the pale blue dot, es buenísimo, así que me encantó ver que lo incluiste en esta entrada jajaj
ResponderBorrar¡Buena semana! Nos leemos!
Gran fan de Jeffers, mi favorito es The heart and the bottle
ResponderBorrarEn cuanto a este, lo he tenido en la mira desde que salió y es que a pesar de que son "libros infantiles" siempre te dejan un mensaje muy lindo y las ilustraciones son muy lindas!
Muchos saludos Ana 💙
Hi! *voz de Lucas*
ResponderBorrarNo me lo he topado por acá por mis tierras pero me ha picado, simpre me abruma (y me gusta) pensar de qué tamaño somos en comparación con el universo y que a pesar de ello dentro de nosotros también hay un universo (no sé si me doy a explicar). Creo que el libro me va muy bien, ojalá me lo tope por acá.
Saluditos.
Vaya, un libro curioso. No sé si sería de mi estilo, aunque has conseguido llamar mi atención. Si lo veo en la biblio le daré un vistazo.
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