Reseña de Cine | Mi Villano Favorito 3

Mi Villano Favorito 3

Duración de 90 minutos

Voces en español Andrés Bustamante, Andrea Legarreta, Jay De La Cueva

Dirigida por Kyle Balda, Pierre Coffin, Eric Guillon

Balthazar Bratt es la nueva y famosa amenaza que en esta ocasión la pareja de Gru y Lucy deben atrapar, pero cuando ambos fallan y son despedidos de la agencia, una noticia impactante cambia por completo la vida de Gru: su madre le escondió por años la existencia de Dru, su hermano gemelo. Emocionado por al fin conocerlo, Gru y su familia viajan a Freedonia, donde nuestro villano favorito será tentado por Dru a regresar al negocio del crimen.

Cuando la trilogía de Mi Villano Favorito estrenó su primera entrega, la audiencia conoció a su siguiente obsesión mediática: Minions. Comenzaron a aparecer no sólo en la campaña promocional de los filmes, sino también en diversos y muy extraños productos, sin mencionar los memes que alguna de nuestras tías sube a Facebook. Después del éxito en taquilla pero el fracaso con el público que representó su cinta individual, Mi Villano Favorito 3 llega a las salas de cine para reivindicar a estas adorables criaturas. Ah sí, acompañados de Gru y su familia.

Han pasado 4 años desde la última aventura de los protagonistas, y aquí cabe aclarar que la película escuchó los reclamos de buena parte del público, limitando la presencia de esos tiernos ayudantes amarillos en escena. Esta sin duda es otra historia de Gru, la evolución del personaje, repleta de momentos cómicos, varios efectivos y otros no tanto, pero eso sí, con muy buena música, gracias al antagonista en turno.

El ritmo, como ya es costumbre en las cintas del Illumination Studios, es rápido y llamativo; siempre se mueve y trata de captar nuestra atención, ya sea con chistes conocidos (la pequeña y ojona Agnes en una búsqueda incansable de un unicornio real o las desventuras de los Minions lejos de Gru y pasando un tiempo en prisión), personajes estereotipados (Balthazar Bratt y su amor por lo ochentero e infantil) o una trama no tan satisfactoria emocionalmente como en sus dos entregas anteriores, pero que si eres un adulto llevando a algún pequeño al cine, de seguro pasarás un rato entretenido.

El único problema que noté fue precisamente la integración de todos los elementos mencionados; en ocasiones se sentía que las historias de cada uno de los personajes no tenían mucha relación entre sí, o que sólo aparecían para sumar algo de tiempo a la duración total del proyecto, que en lo personal sentí sumamente corto. Un ejemplo de ello es la parte de Margo y el niño que queda enamorado de ella; el conflicto sólo dura un par de escenas y ya, no se vuelve a mencionar. Lo que sí me gusto fue el manejo de Gru y Dru, hermanos que aunque son gemelos, definieron bastante bien sus personalidades, y en el caso del doblaje mexicano, cortesía de Andrés Bustamante, declaró que el sutil acento español que le dio a Dru fue improvisado y después con aprobación total del estudio.

Pero cerca del final confieso que tuve miedo; me había encariñado tanto con la relación de los gemelos que temí que la historia los enfrentara como enemigos, y al final Dru tuviera que triunfar, pero por fortuna eso no fue así, todo lo contrario, y las interacciones entre estos dos, Lucy y los Minions funcionan y se sienten naturales, y hasta entrañables.

Con respecto a la animación, no hay nada que reclamar: la cinta es colorida, atractiva de ver y con un cuidado en los detalles que se nota, ya sea con los innumerables cerditos que aparecen en Freedonia, las secuencias de robo que Balthazar Bratt realiza o la salida entre hermanos a bordo de un vehículo armado hasta los dientes.

En conclusión: Mi Villano Favorito 3 es un grato regreso a la fórmula ya conocida de este tipo de proyectos: una historia simple y familiar, pero que puede ser disfrutable y sobretodo entretenida para cualquiera. Tal vez un poco más de exploración al personaje de Lucy, aquí en México con la voz de Andrea Legarreta, no hubiera estado mal, pero eso sí, cuando los Minions se saben utilizar, el ambiente de cine puede pasar de silencio a una estruendosa carcajada.